Un equipo internacional de investigadores del Instituto Max Plank de Antropología Evolutiva de Leipzig (Alemania) ha publicado un estudio sobre el fósil de la mano de un homínido más completo hallado hasta la fecha. Los huesos pertenecen a Australopithecus sediba, un ancestro del ser humano que vivió hace 1,98 millones de años en la actual Sudáfrica, aproximadamente en la misma época en que las primeras especies Homo empezaron a aparecer en la Tierra. Los nuevos hallazgos sobre Au. sediba revelan que este remoto pariente del hombre moderno no sólo usaba sus manos para moverse por los árboles, sino que también era capaz de agarrar objetos, lo que le habría permitido construir herramientas de piedra.
Para llegar a esta conclusión, Tracy L. Kivell y sus colegas reconstruyeron la mano derecha de Au. Sediba y la compararon con otros fósiles de homínidos de diferentes especies. Para su sorpresa, Au. Sediba tenía algunas características propias de los homínidos fabricantes de herramientas, como un pulgar relativamente largo – más largo incluso que el del hombre moderno – que se podía situar frente al resto de los dedos tanto para agarrar presas grandes como para adoptar la función de pinza.
Los restos fósiles de manos completas son muy raros. “Casi todos los restos óseos que teníamos hasta ahora previos a los neandertales eran huesos aislados que pertenecían a distintos individuos cuya especie era difícil de identificar”, aclara Kivell, que ha dado a conocer su estudio en la revista Science. “Los fósiles del ejemplar de Australopithecus sediba son los primeros que nos permiten analizar la morfología funcional de la mano de uno de nuestros ancestros”, añade.
Cerebro pequeño y pelvis moderna
Según Lee Berger, investigador de la Universidad de Witwatersrand en Johannesburgo (Sudáfrica) y autor de otro de los estudios que publica hoy Science, Au. sediba presenta una combinación única y sorprendente de características. “Los fósiles hallados muestran un cerebro sorprendentemente avanzado aunque pequeño, una mano muy evolucionada con pulgar largo, una pelvis muy moderna, y el pie y el tobillo con formas nunca vistas antes en un homínido, que combinan rasgos anatómicos propios de los simios y los humanos”, explica. “Este podría ser el primer ancestro del género Homo, mejor candidato a ocupar ese lugar en el árbol genealógico que el Homo habilis”, añade Berger.
Desde el descubrimiento del yacimiento de Malapa en agosto de 2008 se han encontrado 220 huesos de homínidos primitivos, pertenecientes a cinco o más individuos. Los estudios publicados ahora en Science (5 artículos en total) se basan en sólo dos de ellos, un adulto y un niño.