¿Alguien había pensado por un solo momento que, las emociones, el
engagement, la experiencia, el impacto, la inclusión del consumidor en
los procesos creativos y el auge constante y dinámico del interés por el
fenómeno social, desplazaría la necesidad de conocer los secretos de la
neurociencia y aplicarnos a nuestras acciones?
Es de esperar que no, porque no es un tema menor pensar que la
creatividad – lo mas buscado y perseguido en el momento actual por las
sociedades- surge de la ruptura, de la crisis, del dolor, de la
combinación de sucesos y experiencias.
Las personas creativas que lo son de forma innata, poseen una
capacidad única para establecer relaciones, patrones, ideas, que nacen
de la espontaneidad. Necesitan momentos de abstracción profunda y
también ciclos de acción mental centrada en análisis y el razonamiento,
combinado con la visualización y conexión espontánea. Aunque presentan
serios problemas para seguir planificaciones, minimizando así la
eficiencia de su don.
También existen las personas que no poseen de forma innata la
creatividad y que conforman un hábito para su desarrollo a partir de la
constancia y la perseverancia que subyace en el proceso de formación y
asimilación constante de información al que se enfrentan cada día.
¿Todos tenemos la posibilidad de innovar y ser creativos?
Es un enorme desafío, complejo desde todo punto de vista;
profesionalmente requiere dedicación constante y exigencia permanente
centrada en la entrega de aquello que “se espera de nosotros” y
personalmente, nos exige que vivamos a través de la aceptación que ésta
-conformar un universo de emprendedores que acción conjunta construyan
marcas que satisfagan las necesidades de un prosumidor cada vez más
activo y formado- es la única alternativa para el crecimiento en un
momento como el actual.
Despertando la creatividad, 8 acciones indispensables
Formarse, tener necesidad de aprender, apasionarse por los procesos de asimilación de información. ¡Sólo así se favorece el recuerdo!
Seguir la creatividad ajena, esa pintora
que sobresale en Facebook por sus creaciones, ese científico que asila y
descubre, esa empresa que pone en marcha una campaña brillante centrada
en el compromiso medio ambiental y el retorno a los valores,
identificar la creatividad ajena, activa nuestros propios procesos
creativos. Nos permite imaginar, visualizar y conectar conceptos.
Energías limpias, atreverse es la consigna.
La innovación y la creatividad son áreas dormidas para el ser humano
durante décadas. Expuestos a procesos formativos basados en la
asimilación repetitiva de conceptos obsoletos e ineficientes, prepararan
a la persona para repetir sin cuestionarse, los esquemas impuestos,
coartando con ello cualquier posibilidad a espontaneidad y la
creatividad.
Hoy, todo ha cambiado, quien pueda establecer conexiones,
simular nuevos puntos de vista, abrir nuevas corrientes de
conocimientos, quien pueda conjugar los elementos para ofrecer una
respuesta integral en términos sensoriales, tiene en sus manos la llave
que abre la caja de las emociones ajenas.
El emprendedor, el creativo, el innovador, el alumno, el docente, el
producto, el consumidor, la persona que somos finalmente, necesita un
respiro, una desconexión, necesita escuchar sus propios pensamientos y
aprender a pensar en armonía. Resulta curioso pero, le debemos a la
eclosión del fenómeno social, la toma de conciencia con la importancia
que subyace en la “meditación y el aislamiento” ¡Recordemos que las mejores decisiones se toman tras ciclos de reflexión profunda!
Conectarnos con nuestros propios elementos.
Buscamos conformar un universo en el que todos los mercados e
industrias encuentren las palabras que definen la emoción que genera el
vínculo con sus clientes.
Imaginar una fábrica de máquinas para hacer palomitas de maíz en
busca de la emoción así en una primera lectura puede ser complejo,
aunque del contacto con nuestros propios hábitos y costumbres y,
derivado de la fortaleza que entrega el emprendimiento como una forma de
vida, podemos imaginar una conexión con las emociones que vincule un
recuerdo entrañable a las palomitas de maíz… y puede ser un comienzo.
Conectar a los opuestos= explosión de oportunidades.
Buscamos innovar, activar nuestro clic y transformarnos en creativos,
identificar esa idea, ese proyecto, esa necesidad y elaborar acciones
eficientes para ponerlo en marcha y lograr el éxito. Debemos ser capaces
de establecer nexos entre conceptos opuestos, es así como
identificaremos nuevas oportunidades viables y lograremos establecer
conexiones que abran nuevos puntos de vista y formas alternativas de ver
y lograr cosas.
Mantener la pasión por lo que hacemos y,
por lo tanto, buscar siempre nuevas ideas y opciones, creer firmemente
que, aunque lento, vamos avanzando y celebrarnos los pequeños y en
ocasiones, efímeros logros que vayamos alcanzando, sólo así seremos
capaces de conectarnos con nuestra creatividad dormida y lograr una
planificación eficiente de nuestras acciones.
Por Carolina Velasco