Compitieron con los romanos por el dominio del Mediterráneo Oriental, aunque antes habían sido aliados en su lucha contra los seléucidas. En el año 53 a. C, los romanos fueron vencidos por los partos en la batalla de Carrhae, por un problema fronterizo con respecto al Éufrates. Este problema se solucionó bajo el mando de Augusto, primer emperador romano en el año 20 a. C. y el Éufrates otra vez volvió a ser la frontera entre ambos imperios.
Los partos soportaron una revuelta interna entre la nobleza y el rey entre los años 32 y 25 a. C. que terminó sofocada.
En el año 52, cuando en Roma el cargo de emperador era detentado por Nerón; Armenia, cuyos gobernantes debían ser nombrados por las autoridades romanas, fue invadida por el rey parto Vologases I, derribando al usurpador Radamisto, coronando como nuevo rey a su hermano Tiridates. Nerón para no perder su dominio en Armenia, envió un ejército al mando de Gneo Domicio Corbulón que obligó a huir a Tiridates, y Roma volvió a designar los gobernantes armenios. Los partos volvieron a ser vencidos por los romanos bajo Trajano, pero con Marco Aurelio la suerte cambió. En el año 161, los partos lograron invadir Siria y Armenia, aunque Roma finalmente los venció en el año 166.
Los sasánidas persas en abril del año 224 pusieron fin al gobierno de los arsácidas, siendo el rey sasánida Archader quien inauguró una nueva dinastía, al matar al rey parto Artabán IV. Partia perdió su independencia y fue anexada a la provincia de Jorasán.