El cementerio de gladiadores encontrado en la ciudad del norte de Inglaterra es el más grande y mejor conservado según los especialistas
En 2003 comenzaba la construcción de una típica casa victoriana en la ciudad de York que iba a desvelar parte de uno de los aspectos más llamativos del mundo romano, el de los gladiadores. Mientras los obreros horadaban el suelo se encontraron con un esqueleto inhumado 1.700 años antes con la cabeza cortada y restos de carne animal y cerámica en torno a él.
Desde entonces, los científicos británicos han trabajado en lo que, según la Asociación Arqueológica de York, puede ser el cementerio de gladiadores más grande y mejor conservado del mundo. El mes de julio del año pasado y tras siete años de investigación ininterrumpida el grupo de arqueólogos, liderados por John Walker, desveló que los alrededor de 80 cadáveres desenterrados pertenecen a un grupo de gladiadores que combatían en la ciudad del norte de Inglaterra. El emplazamiento del anfiteatro de York todavía no está localizado, pero sí está confirmada su existencia, lo que prueba la influencia de la cultura romana en esa provincia, una de las menos romanizadas del Imperio.
Los restos hallados muestran marcas de mordiscos de osos, tigres u osos, huellas de heridas de armas y músculos de extraordinaria fortaleza. Además de esos datos, los cuerpos se corresponden con gentes de una altura notablemente superior a la media de su época y muestran un mayor desarrollo muscular en uno de sus dos brazos, consecuencia directa del uso de un brazo para el combate y el otro para la defensa personal.
Muchos de los cuerpos encontrados aparecieron con la cabeza cortada, lo que ha sembrado la duda de que en realidad se trate de condenados y no gladiadores. Contra esas opiniones el doctor Walker lo tiene claro, las huellas de combate y las marcas dejadas por ataques de animales, de gran tamaño en algunos casos, "no se producen en el día a día mientras uno vuelve a casa desde el pub".
El antropólogo forense a cargo del análisis de los cuerpos, Michael Wysocki, tampoco tiene dudas, pues para él ese tipo de marcas son propias de alguien que ha combatido en la arena, no son normales en los restos de un romano.
La decapitación, semilla de dudas entre los especialistas, tiene una explicación clara para los miembros del equipo científico, es el sistema empleado en esta ciudad para ejecutar a los gladiadores derrotados frente al apuñalamiento en la garganta propia del resto de la geografía imperial. La barbarización de un evento de por sí bárbaro debía responder a los gustos del público local, que también debía tener especial apetencia por las luchas entre humanos y animales.
La aparición de restos de carne animal y fragmentos cerámicos junto a los cuerpos enterrados refuerza la teoría de que sean cuerpos de gladiadores. Esos restos son parte de las ceremonias fúnebres por los fallecidos, en las que bebían y comían y arrojaban parte de ese festín al fallecido. Los gladiadores, hombres libres, en muchos casos, firmaban un contrato para dedicarse al combate en la arena y tenían la posibilidad de acceder a un rito funerario.Fuente: publico.es