Había una vez un pequeño zorro llamado Zorroso que vivía en un bosque rodeado de árboles altos y frondosos. Zorroso era muy juguetón y le encantaba explorar el bosque, saltar sobre las hojas secas y perseguir mariposas.
Pero cada noche, cuando llegaba la hora de dormir, Zorroso se resistía. No quería ir a dormir, porque temía perderse de alguna aventura emocionante. Pero su madre, la sabia zorra Griselda, sabía que el sueño era importante para el crecimiento y el bienestar de Zorroso, así que le contaba historias para ayudarlo a dormir.
Una noche, mientras Griselda le contaba una historia de un pequeño conejo que se aventuraba en un bosque mágico, Zorroso comenzó a sentir sus ojos pesados y su mente tranquila. Se dio cuenta de que, aunque no quería ir a dormir, se estaba sintiendo cada vez más cansado.
Finalmente, Zorroso se rindió a la sensación de sueño y se acurrucó en su cama de hojas secas. La última cosa que recuerda es el sonido suave de la voz de su madre mientras le deseaba dulces sueños.
Al despertar a la mañana siguiente, Zorroso se sintió renovado y listo para explorar de nuevo el bosque. Pero esta vez, se dio cuenta de que había dormido profundamente y se sintió agradecido por su madre y su cuento que le ayudaron a dormir.
Desde entonces, Zorroso entendió la importancia del sueño y aprendió a apreciarlo como una parte importante de su día. Y cada noche, esperaba con ilusión las historias de su madre para ayudarlo a dormir.
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