El aprendizaje es una actividad continua que nos permite adquirir conocimientos y habilidades para enfrentar los desafíos de la vida. Sin embargo, no todas las estrategias de aprendizaje son igualmente efectivas. En este artículo, exploraremos las mejores estrategias de aprendizaje, basadas en estadísticas relevantes y diversas perspectivas.
Establecer objetivos claros y alcanzables: Las personas que establecen objetivos claros y alcanzables tienen más probabilidades de tener éxito en su aprendizaje. Un estudio encontró que los estudiantes que establecen objetivos específicos mejoran significativamente su rendimiento académico (Locke & Latham, 2002).
Práctica distribuida: La práctica distribuida implica espaciar el aprendizaje de una habilidad a lo largo del tiempo. Esto ayuda a retener mejor la información a largo plazo. Un estudio encontró que la práctica distribuida mejoró el rendimiento de los estudiantes en un 47% en comparación con la práctica masiva (Cepeda et al., 2008).
Aprendizaje activo: El aprendizaje activo implica participar activamente en el proceso de aprendizaje, como realizar ejercicios, hacer preguntas y discutir con otros estudiantes. Un estudio encontró que el aprendizaje activo mejoró significativamente el rendimiento académico en comparación con el aprendizaje pasivo (Freeman et al., 2014).
Uso de tecnología educativa: La tecnología educativa puede mejorar significativamente el proceso de aprendizaje. Un estudio encontró que los estudiantes que usaron la tecnología educativa tuvieron una calificación promedio más alta en comparación con los estudiantes que no la usaron (Tamim et al., 2011).
Aprendizaje colaborativo: El aprendizaje colaborativo implica trabajar con otros estudiantes en la realización de tareas de aprendizaje. Un estudio encontró que el aprendizaje colaborativo mejoró significativamente el rendimiento académico en comparación con el aprendizaje individual (Johnson et al., 2014).
Hay muchas estrategias efectivas de aprendizaje, pero estas cinco estrategias han demostrado tener un impacto significativo en el rendimiento académico y en la retención a largo plazo de la información. Es importante que los estudiantes experimenten con diferentes estrategias para encontrar la que mejor funcione para ellos.
Referencias:
Cepeda, N. J., Pashler, H., Vul, E., Wixted, J. T., & Rohrer, D. (2008). Distributed practice in verbal recall tasks: A review and quantitative synthesis. Psychological bulletin, 134(1), 23–42. https://doi.org/10.1037/0033-2909.134.1.23
Freeman, S., Eddy, S. L., McDonough, M., Smith, M. K., Okoroafor, N., Jordt, H., & Wenderoth, M. P. (2014). Active learning increases student performance in science, engineering, and mathematics. Proceedings of the National Academy of Sciences, 111(23), 8410–8415. https://doi.org/10.1073/pnas.1319030111
Johnson, D. W., Johnson, R. T., & Stanne, M. B. (2000). Cooperative learning methods: A meta analysis. Retrieved from https://files.eric.ed.gov/fulltext/ED443811.pdf
Locke, E. A., & Latham, G. P. (2002). Building a practically useful theory of goal setting and task motivation: A 35-year odyssey. American psychologist, 57(9), 705–717. https://doi.org/10.1037/0003-066x.57.9.705
Tamim, R. M., Bernard, R. M., Borokhovski, E., Abrami, P. C., & Schmid, R. F. (2011). What forty years of research says about the impact of technology on learning: A second-order meta-analysis and validation study. Review of Educational Research, 81(1), 4–28. https://doi.org/10.3102/0034654310393361