El buque Sinaloa llega al puerto de Veracruz, México, con cerca de 1.800 españoles refugiados en Francia. Al acabar la Guerra Civil aceptan la oferta del presidente mexicano Lázaro Cárdenas.
El exilio masivo de más de medio millón de republicanos tras la derrota de su bando en abril de 1939 conforma una de las páginas más trágicas de nuestra guerra civil.
México les recibió con los brazos abiertos y brindó una oportunidad a unos 25.000 exiliados españoles republicanos que huían de la guerra civil, de los campos de concentración franceses y del franquismo.
Sinaloa, Mexique, Ipanema, Orinoco, Flandre o Nyassa, nombres de los barcos fletados hasta 1942 significan para muchos de ellos la salvación. Llegaron a transportar a unos 25.000 españoles a México. Gobernado por Lázaro Cárdenas, el país sumaba entonces menos de 20 millones de habitantes.
A las cinco de la tarde del 13 de junio de 1939 desembarca en Veracruz, el Sinaia, que transporta a 1620 de ellos. Habían viajado 19 días desde el muelle de Séte, en Francia, hasta el puerto mexicano.
Se trataba de la primera expedición colectiva de refugiados españoles desde el fin de la Guerra Civil Española. El viejo buque inglés, desgastado por el tiempo, durante muchos años había transportado humildes peregrinos musulmanes a La Meca.
Esta primera expedición es organizada por el SERE (Servicio de Evacuación de Refugiados Españoles), el gobierno mexicano y el Comité Británico de Ayuda a los Republicanos Españoles.
El día de su llegada, en los muelles veracruzanos son recibidos en loor de multitudes por alrededor de 20.000 personas, la mayoría perteneciente a sindicatos. Se les da la bienvenida oficial en el Ayuntamiento por el Gobernador en nombre del general Cárdenas.