El relieve de Egipto está caracterizado por la ausencia de elevaciones montañosas salvo en la península del Sinaí, donde el Monte Katerina alcanza los 2637 m. de altitud y en la costa del mar Rojo, con el monte Yebel Oda de 2259 m.
Hay cuatro regiones diferenciadas: la región meridional, inundada por las aguas del lago formado por la presa de Asuán, la región central del país que va desde Asuán a El Cairo; la región septentrional, donde se encuentra el gran delta del Nilo y la región desértica al oeste del valle del Nilo que se extiende hasta Libia.
La superficie de terreno sometida a cultivo o poblada es menor del 10%. Este territorio comprende el valle y el delta del río Nilo, y una serie de oasis. Más del 90% del territorio son áreas desérticas, entre las que se encuentran el desierto de Libia al oeste, una parte del Sahara y el desierto Arábigo (también llamado desierto Oriental), que bordea el mar Rojo y el Golfo de Suez, en el este.
El desierto Líbico (también conocido como el desierto Occidental) comprende una amplia superficie llamada el Gran Mar de Arena, donde se localizan varias depresiones con altitudes por debajo del nivel del mar, como Al-Qattara, de 18000 km², que alcanza una profundidad de 133 m por debajo del nivel del mar, el punto más bajo de África. También se encuentran aquí los oasis de Siwah, Jarijah, Barîyah, Farafirah y Dajilah.
La mayor parte del desierto Arábigo ocupa una meseta que se levanta gradualmente hacia el este desde el valle del Nilo, hasta alcanzar los 610 m de altitud, interrumpida a lo largo de la costa del mar Rojo por picos dentados que alcanzan los 2000 m de altitud.