Había una vez un zorro astuto y curioso llamado Zoro que vivía en el bosque. Un día, mientras exploraba su entorno, encontró una computadora abandonada en el suelo. Zoro, que siempre había sido un poco travieso, decidió investigar y descubrió que esta extraña máquina le permitía conectarse a una red mundial de información llamada Internet.
Inmediatamente, Zoro se sumergió en el mundo de la web y descubrió un sinfín de cosas interesantes para ver y hacer. Pasaba horas y horas navegando por las redes sociales, jugando juegos en línea y viendo videos de gatos en YouTube. Pero a medida que pasaba el tiempo, Zoro se volvía cada vez más adicto a Internet y pasaba la mayor parte del día sentado frente a la pantalla.
Sus amigos en el bosque comenzaron a preocuparse por él y le advirtieron que no pasara tanto tiempo en la computadora, pero Zoro se negaba a escuchar. Ignoró sus consejos y continuó con su vida virtual.
Un día, Zoro fue víctima de un hacker malintencionado que lo engañó para que le diera información personal. El hacker utilizó esta información para robar su identidad y causar problemas en su nombre.
Zoro se dio cuenta demasiado tarde de los peligros que acechaban en la red y se arrepintió de no haber escuchado a sus amigos. Aprendió la lección de que el mal uso de Internet puede tener consecuencias graves y que es importante estar consciente y cuidadoso en línea.
Desde entonces, Zoro redujo su tiempo en la red y se enfocó en disfrutar de la vida real y en pasar tiempo con sus amigos en el bosque. Y aunque nunca olvidó su aventura en línea, también recordó la sabiduría de sus amigos y aprendió a usar Internet de manera responsable.
GPTO.